lunes, 1 de julio de 2013

Muse, crónica del concierto de Torino


El pasado viernes tuve la suerte de acudir, por tercera vez en mi vida, a la espectacular propuesta audio escénica y visual que son los conciertos de esta banda británica megalómana llamada Muse.

El concierto se celebró en el estadio olímpico de Torino, Italia, y muy resumidamente podría decir que, a través del paso de los años he podido comprobar como los espectáculos de la banda han ido superándose en todo, algo que tanto el adolescente de 18 años que fui cuando los vi Barcelona como el ya no tan jovencito de hace unos tres o cuatro años en Madrid pensaron en su momento que, hacerlo mejor... sería imposible.

Se puede observar de echo en la discografía de Muse que al menos los últimos tres discos tienen cierta orientación hacia el desarrollo y la puesta en escena de las canciones para el directo. Así, en la gira de su antepenúltimo disco (Black hole and revelations, 2006), el álbum se inicia con un tema, "take a bow", perfecto para empezar el concierto (y de echo fue el tema con el que iniciaron el concierto al que asistí en Madrid), pensado y planificado como un in crescendo continuo que se inicia con un retro futurista sonido de sintetizador, dando paso a un ritmo casi de música electrónica, para poco a poco ir definiendo las entradas de la poderosa guitarra de Matthew Bellamy y la batería de Dominic Howard, culminando, como siempre que hablamos de Muse, en la épica pura y dura.

Obviando algún que otro problema de falta de potencia de decibelios, que no achaco a la banda ya que dias antes pude leer en la prensa que el concierto corría peligro por una polémica normativa del ayuntamiento sobre contaminación acústica, el inicio del concierto efectivamente se basó a su vez en el inicio del último disco de la banda (The 2nd Law, 2012). Un escenario enorme con pasarela que llegaba al centro del estadio, construido como un edificio que hiciera de pared tras ellos, en la que se preveía irían efectos de imagen y proyecciones, coronado por unas chimeneas que, quizá hasta que salió el fuego, no estaba tan claro que fueran chimeneas.
Las pantallas se encienden y una mujer que parece estar dando el informativo del fin del mundo comienza a hablar. La gente se viene arriba, el concierto va a empezar. Se escuchan interferencias, vibraciones del bajo, el grupo aún no ha salido a escena. El ruído se incrementa, la gente lo corresponde, hasta que se suena el primer rift de guitarra de la canción que abre el disco, "Supremacy". Con cada golpe de guitarra, un halo de fuego sale de las chimeneas caldeando aún más si cabe el ambiente y dejando a la gente absolutamente en shock. Efectivamente nadie esperaba esto. Sobre el escenario ya podemos a ver a Bellamy dango guitarrazos y corriendo de un lado a otro, con sus extrañas vestimentas y peinados y su aire de londinense transtornado al más puro estilo Doctor Who.

A partir de ahí el ritmo no decaerá, al menos en los espectacular. La segunda canción, un temazo llamado "Panic Station" que recuerda al hijo bastardo que nunca tuvieron entre Prince y Freddie Mercurie, (también perteneciente al último disco) se acompaña de unas animaciones en las que vemos a Obama bailando al ritmo de la canción. Luego aparecen más iluestres bailarines, desde Angela Merkel al Papa. La gente se lo pasa bomba, el espectáculo está garantizado, y estos tíos no fallan un acorde. Son técnicamente impecables, saben moverse mientras tocan, saben improvisar y saben sorprender improvisando y revisionando sus propias canciones. Para eso, obviamente, se intuye y de echo se ve una coreografía y una escaleta o guion de acciones muy estudiada. No queda otra, chicos.

Se van sucediendo las canciones. Vemos desde una bombilla gigante que vuela por encima de la gente, y de la que sale una mujer que hace figuras en el aire suspendida por una cuerda y tirando confeti, hasta un robot gigante que cruza el escenario, pasando por diversas performances en las que un actor que comienza siendo proyectado sobre las pantallas del escenario como una historia hecha previamente para su mera proyección o acompañamiento, acaba sorprendiendo a todo el mundo al fusionar, no sabemos muy bien como, esas imagenes de oficinas en rascacielos con una aparición estelar en el escenario, recorriendo la pasarela y tirando furioso fajos y fajos de billetes (falsos, claro) a la gente hasta acabar cayendo muerto en mitad del escenario. Lo mismo pasa con una actriz que comienza siendo proyectada con su historia particular en otra canción y acaba saliendo al escenario, llegando a un surtidor de gasolina al final de la pasarela, y cogiendo la manguera del mismo para ponerse de rodillas y beberse a chorro todo el líquido que le quepa en el pecho.
Alusiones críticas al capitalismo de una banda que se recorre el mundo haciendo macroconciertos en estadios en los que la entrada, mínimo, no baja jamás de los 50 euros por show. Pero eso sí, tio, después de ver todo eso uno se pregunta si aún habiendo llenado el estadio, todo este bestial despligue terminará o no por salir rentable. Va, si, seguro que si. Estos genios ingleses son criticos con la sociedad y con el sistema, pero no son gilipollas. Les va lo grande.

Van cayendo algunos clásicos. Sorprendentemente uno de los mejores, "Knights of cydonia", que recuerdo como canción apoteósica que eligieron para cerrar sus conciertos en las últimas giras, cae sorprendentemente temprano. Quizá me descoloca que le hayan dado este lugar. Ahora mis expectativas son mayores. ¿Qué cojones tendrán para el final entonces?

Y he aquí mis peros para este conciertazo. El repertorio elegido. La segunda mitad del concierto se sostiene tan solo por el espectáculo. Una de las partes del final se basa tan solo en que los tres componentes del grupo se van al centro del estadio, al final de la pasarela, y aprovechan para marcarse las tres o cuatro baladas más coñazo de toda su discografía. Se llevan ahí casi media hora sin que nos demos apenas cuenta. Pero de entre las canciones que tocan, eligen las que, para mi criterio personal, son las canciones más insulsas e instrascendentes de su discografía. Y no es a que Muse no se les de bien hacer baladas precisamente. Se olvidan de canciones como "sing for absolution", "blackout", "falling down", "soldier´s poem" o "invencible". 
También influye en esta decepción mia que toquen prácticamente todas las canciones del disco nuevo, que bueno... es un disco de Muse y por lo tanto me gusta, ya que, como pasa con las pelis de Woody Allen sus peores cosas suelen estar a un nivel bastante por encima de la media, pero que es al fin y al cabo para mí, el peor trabajo de la banda hasta la fecha (salvando joyas como la anteriormente mencionada "Panic Station", "Survival", y quizás el single comercial que sacan en cada disco, "Madness").

Por otro lado pasan completamente del disco anterior (solo tocaron "Uprising" y "Guidin Light"), que sin ser tampoco mi preferido, y que pondría al nivel de este, tiene sin embargo joyas aún mejores que este último como son "Unnatural selection", "Mk Ultra" y sobre todo "I belong to you", además de echar en falta grandes clásicos de los primeros discos como "Hyper music", "New Born", "Bliss", "Stockholm syndrome", "Butterflies & hurricanes", "The small Print", "Showbiz" o "Muscle Museum".

El concierto finalizó a las dos horas y picos de duración, dejandome un sabor de boca agridulce. De nuevo lo han vuelto a hacer, de nuevo se han superado, de nuevo he vuelto a asistir a un acontecimiento único de un grupo que sin duda será legendario y hará historia y de nuevo he vuelto a presenciar un espectáculo increíble. Pero el último tramo se me ha atragantado. Me han sobrado alguna que otra canción y sobre todo me han faltado algunas muchas otras. Y para el final me han dejado "Starlight", quizá la canción mas sobrevalorada de Muse, la típica canción que jamás entenderé que guste tanto a sus fans.

Pero no todo puede ser como uno quiere. Quizá la próxima vez, porque está claro que si tengo la posibilidad de hacerlo... repetiré.

(este primer video que os dejo es del concierto en el que estuve. Lo he encontrado por youtube y se puede apreciar bastante bien el espectacular inicio del concierto, aunque algo lejos, desde arriba en las gradas. Yo estaba a la izquierda de la pasarela, un poco más adelante del centro del campo, de falso 9, como Cesc Fábregas).

lunes, 24 de junio de 2013

In Memoriam: Bobby Bland, el león del blues.


No me puedo llevar mucho tiempo sin venir por el blog porque siempre pasa lo mismo, algún grande de la música se nos va y me obliga a volver con la misma tristeza agradecida de siempre.

Bobby "blue" Bland no es quizá el más famoso de los bluesmen. Nacido en Rosemark, Tennessee, en 1930, murió ayer en Memphis a los 83 años sin que, posiblemente, te suene siquiera su nombre. Pero el bueno de Bobby fue uno de los reinventores del blues y del soul, miembro del salón de la fama del Blues y del Rock & Roll y ganador de un Grammy honorífico a toda su carrera en 1997, por mencionar alguna que otra cosa.

Robert Calvin Bland, que era su nombre real, se mudó a Memphis a los 17 años, donde se unió a la banda The Beale Streeters junto a Jonhny Ace, Junior Parker y el gran BB King. Y al igual que estos, o que otros como Ray Charles o Sam Cooke, su carrera se ha sustentado en mezclar y reinventar la confluencia de géneros como el soul, el gospel y el R&B clásico con el blues.

Con 12 discos de estudio, además de dos grandes éxitos y un par de grabaciones de directos (uno de ellos a medias con BB King), otro de los grandes nos abandona dejando cada vez más desierta la representación de los grandes mitos del blues que aún pueden dar testimonio de viva voz de aquella gloriosa etapa de la música que nunca tuvo edad y que nos acompañará siempre.

Por esto y por grandes canciones como las que os dejo por aquí, ojalá tenga un buen lugar donde sentarse allá donde esté, y una buena guitarra que lo acompañe y con la que pueda mejorar ese nuevo mundo tanto como mejoró el nuestro.


Con BB King:

lunes, 27 de mayo de 2013

Rodríguez, la increíble historia de un desconocido de culto


Puede que alguno de vosotros no esteis al corriente del fenómeno generado a raíz de la publicación del documental "Searching for Sugar Man", ganador entre otros en el festival de Sundance, además de un Óscar y un Bafta al mejor documental del pasado año 2012.

El documental en sí, por su éxito, ya podría considerarse un fenómento a partir del cual se ha hecho posible que gente como yo venga a rincones como este a hablar de Sixto Díaz Rodríguez, más conocido como Rodríguez, músico de origen mexicano nacido en Detroit que ha sido hasta hace poco un completo desconocido en practicamente todo el mundo.
Y si digo prácticamente es porque en ese matiz cabe explicar la maravillosa historia de este artista y el fenómeno de reconocimiento tardío en el que se ha visto envuelto.

El bueno de Sixto empezó lanzando un sencillo en 1967 con un pequeño sello de Detroit. Con pocas pretensiones de conseguir nada más, se recorrió los peores tugurios de la (musical y cinematográficamente hablando) maravillosa ciudad podrida de Detroit, hasta que un productor del sello Sussex Records lo oyó de casualidad una tarde y decidió volver acompañado de su socio, prometiéndole haber encontrado algo comparable al mismísimo Bob Dylan de la clase baja y de origen latino.
Efectivamente, todo el que en aquel entonces fue a verlo o trabajó con él, pensó que Rodríguez se convertiría en una figura de culto instantanea y que el éxito estaba asegurado. Grandes composiciones musicales, letras poéticas de altura que retrataban perfectamente el submundo marginal estadounidense, carisma, magia, genio.

En Sussex, al ser presentado a un productor que venía de trabajar con los grandes de la Motown, fue inmediatamente fichado y grabó sus dos únicos y grandes discos: Cold Fact (1970), y Coming From Reality (1971). Sin embargo, ambos trabajos pasaron absolutamente desapercibidos para el público. Entre los supuestos de por qué ese aparente genio en ciernes se había estrellado tan estrepitosamente, me gustaría destacar dos: 1) La promoción del artista y la inversión dedicada a darlo a conocer fue nefasta. 2) En aquel momento, el nombre artístico con el que se lanzó, su apellido de origen hispano, pudo jugar en contra en un momento en que el soul, el blues, el folk y el rock&roll estaban en auge. Y aunque Rodríguez no dejaba de ser folk psicodélico sesentero, o canción de autor de protesta tintada de todas estas reminiscencias norteamericanas, el nombre inspiraba algo totalmente ajeno a aquello, música de un hispano que nadie quería pararse a escuchar.

Y aquí acabaría la historia en condiciones normales. Quizá yo habría escuchado algo de él y vendría aquí muy orgulloso de mi hallazgo para deciros que en mi opinión el tipo tenía suficiente talento para haber llegado a más. Pero en realidad la historia de Sixto Rodríguez empieza aquí.

Alguien lleva a Sudáfrica un disco de Rodríguez, se lo enseña a sus amigos, todos disfrutan escuchándolo, se lo pasan, se lo graban. Sus canciones se expanden como un virus. Diríase incluso que como una de esas especies exóticas que alguien trae ilegalmente y que trastocan y transforman para siempre el ecosistema local. Y en cierto modo fue así, ya que en aquellos años Sudáfrica era un país donde la represión del Apartheid suponía un completo ecosistema, y donde las canciones reivindicativas y poéticas de Rodríguez suponían una transgresión y una amenaza al sistema.
Sus discos rápidamente fueron censurados, y su popularidad en el pais africano se disparó. No solo eso, alguien corrió el rumor de que el artista se había suicidado en un concierto. Al parecer la historia contaba que tras un mal show, la gente le pitaba y él pidió disculpas y dijo que por favor lo olvidaran, poniendose una pistola en la sien y disparándose allí mismo. Habían otros rumores de que directamente se había metido fuego a sí mismo sobre el escenario. Figúrense. En Sudafrica (el éxito también le llego en otros países africanos, además de en Australia y Nueva Zelanda) el más grotesco de los acontecimientos históricos del rock tenía como protagonista a Sixto Rodríguez, elevado a la categoría de leyenda absoluta, más admirado en muchos casos que el propio Bob Dylan, más popular que Jimi Hendrix, un ídolo capaz de revolucionar una sociedad, de servir de semilla a nuevas generaciones que a través de su ejemplo tuvieron el valor de crear grupos y hacer canciones con las que sublevarse al sistema.

Mientras tanto, Sixto Rodríguez no era más que un obrero, incansable y humilde trabajador que sabía hacer de todo para ganarse la vida con el sudor de su frente. Seguia tocando su guitarra, en sus ratos libres y en casa, pero nisiquiera la gran mayoría de la gente de su entorno se imaginaba que se tratara de un músico de culto en otros países. Y lo mejor es que nisiquiera Sixto tenía ni la más remota idea de lo que estaba pasando.

A través de fans e investigadores llegaron a rastrear la pista del artista, dando con él y sorprendiéndose muchísimo de que siguiera vivo. A partir de ahí, las giras por Sudáfrica, por Australia, el documental y el descubrimiento repentino de ser un ídolo de masas, de haber vendido millones de discos y no haber visto un duro... y la humildad calmada del sabio que no se pone nervioso, que no pierde la cabeza, que se abraza con esa gente que tanto lo esperaba y vuelve a casa sin quejarse de haber enriquecido a otros para seguir trabajando en sus cosas, porque él necesita moverse y esforzarse para sentirse vivo.

Un ejemplo de humanidad, y una historia fantástica para entender cuan relativo puede llegar a ser ese concepto extraño del éxito, cuando el propio ídolo vivía ajeno a todo aquello, considerándose a si mismo feliz y exitoso en su vida dedicada a sus pequeñas cosas.

Actualmente Rodríguez sigue vivo, aunque algo maltrecho de salud, y todo el revuelo generado por el documental ha hecho que se lo rifen en distintos festivales de medio mundo. Hace pocos dias suspendió, precisamente en España, un concierto previsto dentro del festival Primavera Sound, pero para quien esté interesado tiene previsto un concierto el 8 de Julio en el Poble Espanyol de Barcelona.

En general os recomiendo fervientemente el visionado del aclamado documental que narra todo esto mucho mejor que yo, dirigido por el sueco Malik Bendjelloul titulado Searching for Sugar Man, además de escuchar todo aquello que encontreis por internet.

Yo como muestra os dejo aquí unos videos, los únicos que he encontrado con subtitulos en español, para que veais que además de calidad musical, el tipo sabía escribir canciones:

sábado, 13 de abril de 2013

Himnos personales: "Ser verde" de Josele Santiago


"Ser verde" es una maravillosa canción del no menos maravilloso Josele Santiago, compositor y guitarrista madrileño, carismática voz y ex lider de la mítica banda Los Enemigos.  
Concretamente, este es el noveno corte de su hasta ahora último trabajo de estudio en solitario, "Lecciones de Vértigo", del año 2011.

Aprovechando que hoy cumplo 27 años me gustaría,
con vuestro permiso...
dedicarme esta canción.

jueves, 4 de abril de 2013

Al Berkowitz, causalidad musical del buen criterio


Me encantan las casualidades. Y las causalidades.

Si fuese por John Locke, aquel mítico personaje de la serie Lost ("perdidos" en españa) seguramente se pensaria sin duda que esta de la que os hablaré hoy se trata de una de las retorcidas e intrincadas travesuras que tanto le gusta jugar a ese ente enigmático del destino.
Sea cual sea nuestro nivel de misticismo, y la razón real que haya detrás de ciertos encuentros, fortuitos o no... hace cosa de un mes publiqué en este blog una entrada sobre el nuevo videoclip de los Love of Lesbian. El videoclip, de una bellísima factura, dirigido por el director de cine Kike Maíllo, provocó algo casi inédito en este blog como son los comentarios de aquellos escasos despitados que a veces lo leen.
El usuario Berlioz comentó en dicha entrada que el videoclip le recordaba a otro, que tuvo a bien enlazarme en el mismo comentario. Dicho videoclip pertenecía a un grupo del que yo no sabía absolutamente nada, unos tal Al Berkowitz. Al verlo, efectivamente, me llamó la atención que, más que parecerse al de Love of lesbian, cuya temática, factura, estilo y estética visual eran muy diferentes al de estos chicos, había una especie de leiv motiv muy importante que se daban en ambos videos y que me hacía preguntarme si nuestros amigos lesbianos o el director de su video se habrían inspirado (no vamos a decir robar, que es un tema delicado en lo referido a lo creativo) en aquel otro video de este desconocido grupo que hoy nos ocupa.

La cuestión es que esta incertidumbre la solté al aire en respuesta a ese comentario, ya que además la canción del videoclip de Al Berkowitz me había parecido lo bastante interesante como para querer averiguar más sobre ellos.
Mientras tanto conviene situarnos en precedentes: Ignacio Simón, líder de Al Berkowitz, encargado de la voz, guitarra, teclados, piano, percusión y todo lo relacionado con el sonido del grupo además de la producción, había visto el video de los Lesbian y se había hecho la misma pregunta que nosotros. Indagando por internet, va a parar precisamente a este remoto blog, en el que encuentra mi entrada sobre el videoclip y los comentarios sobre el parecido razonable entre ambos videos. Él mismo me comenta que no tiene ninguna relación con los Love of Lesbian ni con el director de su videoclip, y que ha llegado al blog de casualidad buscando información sobre los mismos. Me cuenta también que son de Madrid, y me da un contacto por si quiero tener cualquier información adicional sobre su banda.

Así que hoy me encuentro aquí hablandoos de una banda que he descubierto del modo más insospechado, y cuya música me ha seducido lo suficiente como para querer contaros todo esto y hablaros en profundidad sobre ellos.

A pesar de que quizás ya sea demasiado tarde, intentaré empezar por el principio.
Aldous Berkowitz es un bluesmen nacido en Texas, Estados Unidos, donde aprende a tocar la guitarra eléctrica y gira y colabora con grandes de la escena norteamericana. Con más pena que gloria, sin embargo, acaba recalando en Madrid, capital española, en 2006. Borracho y posiblemente politoxicómano, un dia se encuentra con unos chicos que tienen un grupo llamado The Inhabitants, que lo encuentran porfiando y siendo golpeado y abusado ante algunos miembros del servicio de limpieza de la ciudad, que parecen haberle arruinado con su tarea algunos documentos que el bueno de Al considera de vital importancia ya que más tarde averiguarían que eran partituras y obras propias. Estos chicos madrileños salen en defensa del viejo borracho, interesados por aquello que defiende con tanto celo y apiadados de la indefensión de un hombre de cierta edad en un estado deplorable que apenas es capaz de hablar dos palabras en castellano.
A partir de ese momento, la amistad y la complicidad hacen nacer un nuevo proyecto, la "Al Berkowitz Band"  en la que los antiguos "The Inhabitants" adoptarían la figura del admirado bluesman como si fuese un gurú y consejero musical que se encargaría de orientar la carrera y la dirección musical de la banda.

La banda cuenta en su poder con dos grandes discos de estudio en los que, partiendo de las bases clásicas del pop y el rock, serpentean entre cierta amalgama ecléctica de influencias y sonidos que pueden ir desde el folk a la psicodelia setentera, con tintes blues, con ambientaciones jazz, con modernas y personalísimas regeneraciones del antiguo rock progresivo.
En su música encontrarás una interesante ezquizofrenia emocional, tendente a la melancolía, donde el caos busca liberarse constantemente y es apaciguado por hermosas melodías, en las que los ritmos, a veces muy africanos, intentan establecerse como equilibrio.

Barely Nice, editado en 2009, es el primer disco de la banda, al que seguiría su último trabajo discográfico hasta la fecha: "A long hereafter/Nothing Beyond", del pasado año 2012, grabado en los estudios de Paco Loco en el Puerto de Santa María (Cádiz). Entre medias editaron una grabación en directo llamada "Apprenticeship and attitude" (2009) además de su primer EP, "Man in the air" de 2006.

El videoclip en cuestión del que os hablaba es el de la canción "The frenchman and the rabbitman" perteneciente a su último disco, en el que la progresión, como debería ser siempre, significa profundizar en las experimentaciones y confirmar como propia esa característica de lo que conocemos como "el sonido de un grupo". Aún así, sospecho que todos estareis esperando las referencias y las comparaciones, así que para contentaros os diré que aquí, a pesar de que hay de todo y que la mezcla es compacta y puede despistar, podeis escuchar desde la referencia obvia (aunque muy diversa: Pink Floyd, King Crimson, Morphine, The Beach Boys...) hasta ramalazos rítmicos propios de Radiohead o Television, introspectivos viajes de la mano del folk de autor más nostálgico y onírico de Nick Drake, ó incluso hermosas melodías que desvelan cierto gusto por los Beatles o Supertramp, como en el caso de la hermosísima "Magical Cynical", cuarto corte del último disco, y que a mí, además, me hace relacionarlos con otros grupos actuales de al escena indie catalana como Bigott.

Actualmente, han perdido el "Band" de su nombre y se han quedado directamente en Al Berkowitz. Al parecer el mismísimo Tom Petty supo de ellos y les escribió con amenazas, ya que en su día el bueno de Aldous, teloneando a su banda, hizo algún tipo de estropicio y acabaron a hostias.
Y bueno poco más que decir además de que son una interesantísima banda aún por descubrir que os recomiendo, y que quizá, no dentro de mucho, vuelva por aquí para hablaros de una posible colaboración que tengo hablada con ellos sobre un videoclip para un tema de su último disco.

Así, quien sabe, matemos dos pájaros de un tiro.
De momento conformemonos con el famoso videoclip del que os hablaba antes, y algunos otros trabajos que he podido encontrar de ellos por la red.


domingo, 24 de marzo de 2013

In Memoriam: Bebo Valdés


Me cago en la puta.
Me despisto un par de días y cuando me doy cuenta se nos ha vuelto a ir otro de los grandes de la historia de la música. Dionisio Ramón Emilio Valdés Amaro, que sin duda os sonará más como Bebo Valdés, fue un pianista, compositor, arreglista y hasta director de orquesta nacido en nuestra querida isla de Cuba.

Murió el pasado viernes, 22 de Marzo, a la edad de 94 años. Si uno se fija en este dato puede deducir que su pérdida no ha sido una sorpresa... pero a pesar de su avanzada edad, estamos ante una de esas personas que han desprendido hasta el último suspiro una vitalidad envidable, una juventud y un amor por la música que lo llevó a afirmar que tocaría el piano hasta el dia de su muerte. Y así fue, hasta donde lo dejó el alzheimer, transladado ya al retiro en Suecia con parte de su familia para combatir contra el olvido, ese viento devastador establecido en su genial cabeza.

Lo que sabemos de él es que fue y es uno de los estandartes más importantes del jazz afrocubano, sin embargo estamos, como suele ser el caso de los homenajeados en este blog, ante uno de esos tipos que traspasan las barreras etiquetables del género músical. El son montuno, la guaracha, el mambo, la salsa, el chachachá... pasaron por el filtro privilegiado de sus entrañables manos arrugadas, de sus dedos largos y huesudos, esparciendo el ritmo de su tierra por el resto del mundo y recogiendo allí donde iba toda influencia o sonido que sintió que podía mezclar bien con su sentido musical. El flamenco, la música clásica, el blues, las raíces americanas... todo influyó en que estemos hablando de uno de los mejores y más especiales músicos de la historia de Cuba.

El gran Bebo consiguió algo que pocos músicos pueden decir, llegó a crear su propio ritmo, la batanga, que fue todo un éxito en Cuba en los años 40. Pero además cambió y agrandó la historia de la música cubana. En su carrera abundan las grandes colaboraciones, desde sus primeros discos a medias con el gran Beny Moré, ha colaborado con el gran bolerista chileno Lucho Gatica, con el legendario club Tropicana, con Cachao, padre del mambo, con Patato Valdés, con Nat King Cole... aunque en España lo conocimos sobre todo por la gran alianza que propició el cineasta español Fernando Trueba. Después de dirigir documentales sobre música latina en los que documentó muy bien la música de Bebo, como fueron "el milagro de Candeal" y sobre todo "Calle 54", el bueno de Trueba produjo el disco en que se encontarían dos fuerzas de la naturaleza: Diego el Cigala a la voz, Bebo al piano. El disco, "lágrimas negras", del año 2003... triunfó en todo el mundo, se convirtió en disco de platino en Venezuela, Argentina y México, además de 3 veces disco de platino en España, además de ganar un Grammy (el 7º de su carrera), tres premios de la música, un premio Ondas, cinco premios Amigo... y ser considerado por el diario The new york times como mejor disco del año.

Aunque abandonó Cuba por diferencias políticas con Castro, dejando allí a su familia e hijos, entre los que se encuentra el también pianista Chucho Valdés, del que Bebo se sentía especialmente orgulloso... nunca quiso responder a cuestiones políticas. Lo suyo era la música, decía. Y nunca descartó volver a Cuba. Y es que a Bebo, a pesar de que la frase supone un tópico cuando uno habla de un recién fallecido... verdaderamte lo quería todo el mundo. Los que lo conocieron se emocionan al hablar de él, describen a un niño encerrado en el cuerpo de un anciano, a una persona de entrañas y corazón, amable, de gran sonrisa contagiosa, siempre elegante, accesible, tolerante... un tipo que dijo que la mejor música negra la habían hecho los blancos y que en su funeral quería que nadie derramara una lágrima y que se hiciera una gran fiesta en su honor. Un hombre que sobrevoló por encima de los virtuosistas y de los técnicos añadiendo el alma, ese factor intangible que todos los músicos persiguen y que muy pocos saben transladar a un instrumento o traducir en música.

En fin, como he leído por ahí... esto tendría que pasar algun día. Pero ya sabemos lo que pasa con los genios. La gente especial consigue con su obra y con su vida (que muchas veces se pueden mirar por sí solas como la mejor de sus obras) que en el inconsciente colectivo queden sembradas las semillas de la inmortalidad, esas que regamos con cada nueva escucha, con cada vez que pulsamos el play y dejamos que su música nos acaricie, como él acariciaba las teclas del piano.

Descanse en paz, amigo.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Pony Bravo sacan nuevo disco: "de palmas y cacerías"


Por fin.
Me siento incluso culpable de que un grupo del que los que somos fans, casi nos sintamos más como feligreses que como fanes, no haya sido debidamente documentado en este blog hasta ahora.

Pony Bravo es un inclasificable grupo sevillano formado en 2006, con el que llevo muchos años construyendo la banda sonora de mi vida. Es uno de esos casos en los que sientes a un grupo como especialmente cercano o tuyo, al que se le guarda un cariño especial por diversos motivos. Por ejemplo porque los conocí cuando aún no habían editado su primer disco y solo habían circulando algunas de sus maquetas por myspace (recuerdo aún aquellas maquetas de lo que después fue su primer disco, "Si bajo de espaldas no me da miedo", del 2008, que me siguen gustando casi más que las versiones arregladas que entraron en el disco). Porque son innovadores, independientes y arriesgados en la forma de producción (ellos mismos autogestionan su productora, "El Rancho" con la que autoeditan sus discos y los de un proyecto paralelo más experimental si cabe, en el que todos los instrumentos que tocan son inventados, y al que han llamado "Fiera"), por sus principios y su ética de trabajo (además de que la reivindicación satírica es una constante en sus letras, llevan tres discos con la filosofía creative commons, ofreciendo gratuitamente las descargas de su trabajo en su página web: www.enelrancho.com), por lo que se curran la imagen (toda su cartelería de conciertos, además de las portadas y trabajo gráficos de sus discos, obras normalmente a manos del propio Daniel Alonso, solista de la banda, son una auténtica pasada que justifica, junto con la propia música, que después de dar su disco gratuitamente por internet, las ventas posteriores en tiendas hayan sido bastante buenas). Porque son un grupo honesto, divertido, fresco, profundo, satírico, irreverente y siempre interesante, y porque sus componentes demuestran en cada entrevista que detrás de todo este fenómeno solo hay cuatro chavales sevillanos que luchan desesperadamente por mantener los pies en el suelo y seguir creciendo en contra de la corriente.

Buena prueba de ello es la evolucion musical que han ido sufriendo a través de sus tres trabajos discográficos:


En el primero, "si bajas de espalda no me da miedo", todos hablábamos de un grupo con influencias de la música americana, con reminiscencias de Jim Morrison en la voz de Alonso, y en las poéticas e incluso crípticas letras de canciones como "el rayo" (considerada por la revista Rockdelux como una de las mejores de 2008), u otras atmósferas casi oníricas como la canción "el piloto automático", o ese himno indio de "el guarda forestal" convertido a reggae. De echo, hasta 6 canciones de ese primer disco son cantadas en inglés, y aunque ya se habla de la influencia de grupos andaluces como Triana, Smash o Veneno, y es obvio que el acento andaluz nunca es disimulado y que ellos mismo reconocen la influencia de estos músicos en su creación, quizá aquel fuera el, hasta la fecha, más americano o clasificable de todos sus discos.


A partir de ahí empieza la prueba fehaciente de cuando un grupo es verdaderamente independiente. Y es que en 2010 publican "un gramo de fe", su segundo disco en el que los pobres idiotas a los que nos gusta escribirlo todo, aunque sea para decir que odiamos las etiquetas, nos quedamos sin mucho más a lo que agarrarnos. Desaparecieron un poco esas reminiscencias americanas y nos encontramos con un trabajo mucho más atrevido, más experimental, con canciones más hipnóticas, ritmos más pesados y repetitivos, post-punk que de repente se convertía en funk, que de repente se convertía en tecno, que se convertia en groove, en son cubano, en reggae... en algo para lo que mejor no buscar palabras. Tan eclécticos y tan autétnicos, ¿cómo se hace? Porque una cosa se deduce de estos dos trabajos y queda bastante clara, existe el sonido Pony Bravo, uno puede intuir qué referencias cuadran, que mezclas son propias de ellos, qué podría gustarles o incluso que otros palos podrían llegar a sonar. Y esto, ya lo hemos hablado muchas veces, es lo más complicado y lo máximo que puede aspirar a dar un grupo de música, un sello, un sonido, una personalidad propia capaz de soportar la autotraición de la entropía y la experiencia. Canciones como "noche de setas" o "la rave de Dios" quedarán en nuestra retina musical, y salieron de este disco.

 Y llegamos a este disco, a este año 2013 en el que por fin tenemos nuevo material. "De palmas y cacería" es el título que adelanta el tono satírico y la imagen, que algunos tachan de demasiado actual para resistir al tiempo, del mundo y sobre todo, de este país donde vivimos. Siguiendo la lógica evolución musical que sigue tendiendo a la experimentación con los géneros populares, esta vez estamos quizá ante el disco de sonidos más patrios de la banda. Como ellos mismos lo definen en una de las entrevistas que han concedido a nuestro amado programa de radio Carne Cruda, estamos ante un disco de sonidos que van desde el son caribeño-utrerano de los No me pises que llevo Chanclas en "Político Neoliberal", el protorap Mansillesco de "Mi dni", el rollo housero de "Ibitza"... hasta los sonidos quasi flamencos-copla-lolailo sci-fi eléctronico de Junco o Las Grecas.

El otro gran rasgo de este último disco son sin duda la temática de las letras. Estamos ante el disco con más conciencia social y crítica de los producidos hasta el momento por esta gran banda. Siempre con una visión divertida y socarrona, las nuevas letras hablan de temas candentes como la creación de Eurovegas, los personajes de la escena musical indie que se te pegan para invitarte a cocaína, la decadencia política de nuestra querida Sevilla, la base naval ilegal de Guantánamo o el exvicepresidente del gobierno Bush, Dick Cheney (con frases como: "cowboy de mierda que todo lo puede").




En definitiiva, otra obra imprescindible de uno de los mejores exponentes del panorama musical andaluz, en el que la escena sevillana ya ha aportado a otros insignes de los que hablamos en este blog como Las buenas Noches, Mansilla & los espías o Pájaro. Y otro grupo al que, junto a estos últimos, he tenido el gozoso placer de pillarle más de una canción para mis cortometrajes.

He aquí, como siempre, algunas buenas muestras.