The Black Keys, artesanía del sonido

Me apetecía empezar el año hablando de una maravillosa banda americana que tienen unas cuantas peculiaridades. Para empezar porque la banda la componen solo dos personas, Dan Auerbach, cantante y guitarrista... y Patrick Carney a la batería. No solo la composición del grupo hace recordar a los White Stripes, sino que sus historias han venido siendo paralelas desde hace unos años, pudiendo considerar quizás (las comparaciones son odiosas, así que no aplicaremos a este aparejamiento juicios de calidad ni de nivel de los unos sobre los otros) que The Black Keys es la cara B del éxito de los White Stripes.

El pasado diciembre, los de Ohio sacaron su último disco, el séptimo de su carrera, titulado "El camino" , quizás el disco en el que más concesiones hacen al pop rock inglés y al punk, pero sus raíces siguen estando localizadas en el delta del Missisipi. Con una imponente voz negra, el señor Auerbach nos lleva de la mano del mejor rock/blues, siendo además funky y teniendo toques de soul.

No solo eso. The Black Keys suenan frescos. Suenan sucios y oscuros, como a grupo Garage rock... tienen a un batería que le pega fuerte y nos recuerda un poco, y salvando, por dios, todas las distancias... a nuestros amados Led Zeppelin en algunas ocasiones, o al gran Hendrix en otras...
Su álbum de debut fue celebrado por la revista Rolling Stone y por los críticos del Time, y son admirados por gente como Jonny Greengood (Radiohead), Robert Plant (Led Zeppelin), Kirk Hammett (Metallica), Billy Gibbons (ZZ Top) o Matt Helders (Artic Monkeys). También le encantan a mi amiga María Caravantes, que es toda una garantía del buen gusto.

Además se realizan sus propias grabaciones, siempre de baja fidelidad, con efectos analógicos. Se autoproducen. Se mezclan. Son divertidos. Suenan a la buena música de siempre, pero suenan diferentes, nuevos, frescos...

Un grupazo vaya.

Aquí os dejo unos cuantos ejemplos. Disfruten