miércoles, 19 de octubre de 2011

Regina Spektor. Puro amor

La dulzura por sí sola no suena muy bien. Rápidamente se nos viene a la cabeza la amenaza del empalagamiento, del muermo, de lo cursi. Lo cursi, de echo, es un terreno plagado de minas en el que tan solo unos pocos elegidos han sabido mantenerse en equilibrio. Y todo el que ha pasado a la historia, a tenido que pasar exitoso esa prueba funambulista.

Pero si la dulzura es irreverente, incorrecta, un poco desquiciada, ezquizofrénica, frívola, divertida, imprevisible, naif y loca... entonces estamos hablando de otra cosa. Si a esos atributos le sumamos una extraña belleza y un portento de voz, moldeable como la plastilina... entonces estamos empezando a describir a la señorita Regina Spektor.
Sin duda, su nombre artístico (realmente se llama Regina Iiyinichna Spektor) equilibra y crea un contraste muy interesante y muy descriptivo a la vez de este tipo de sutilidad frágil que puede llegar a ser destructora y voraz.

Otro dia quizá os hable detalladamente de alguno de sus discos y de su biografía, pero hoy tan solo vengo a regalaros una joya grabada en directo con el que la rusa-americana se copió el código pin de mi subconsciente, y entra cuando quiere por las noches mientras duermo, para plantarme flores en el cerebro.

Os dejo con "carbon monoxide", que podéis encontrar en el disco de 2004 "Soviet Kitsch". Puro amor

1 comentario:

  1. bueno bueno, si eres tu el autor del texto no tengo más remedio que felicitarte y decirte que es muy bueno, casi me gusta más que la rusamericana esta, que no está mal tampoco.
    máximo

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