lunes, 20 de diciembre de 2010

Edith Crash, belleza sucia


Ayer por la tarde, de puñetera casualidad, descubrí la existencia de una hermosa francesa, de ojos azules, piel blanca y voz desgarradora que consiguió en tiempo record que me interesara por su música y por su biografía, y que me hizo tener claro a quien iba a dedicar la siguiente entrada de este blog.

Debo reconocer que hace ya algunos años que considero que me estoy convirtiendo en un estúpido coleccionista de música. O que con el paso del tiempo estoy empezando a padecer síndrome de diógenes artístico, acumulando en el espacio virtual cientos y miles de discos y discografías de artistas a los que necesitaré tres vidas para dedicarles la atención que se merecen. Yo y mi amigo Mario Barrenco solemos fantasear con la idea de parar la industria cultural unos diez años. Impedir que se creen más películas, libros, obras de teatro, pinturas, música... que tengamos un periodo de diez años de tregua, para ponernos al dia, para no desquiciarnos al pensar la cantidad de obras de arte maravillosas que pasan sin pena ni gloria por la más cruel de nuestras ignorancias.

Quizá antes me agobiaba más saber que tenía gran parte del disco duro lleno de música que no había escuchado ni una sola vez. Pero de algún modo me tranquiliza tener la posibilidad de que a veces, en alguna tarde aburrida de sábado, en la víspera de la fiesta en la que uno no sabe en qué ocupar su tiempo... topes por casualidad con alguien que consiga acaparar toda tu atención, cosa cada vez más complicada a medida que avanza la tecnología y tenemos dos monitores para el portátil y podemos leer la última mentira del periódico digital mientras escuchamos de fondo la radio y retocamos las fotos que vamos a colgar en nuestras redes sociales.

Ayer me pasó exactamente esto. Me topé con Edith Crash, francesa afincada en españa, una mujer con una guitarra que suena como un grupo de rock. Una versión afrancesada de Kurt Cobain. Una colleja al espíritu lolita dulce gabacha. Íntima, opresiva, desgarradora, hipnótica, cómplice. Una mujer cuyo disco no sabría si colocar junto a los de PJ Harvey, Johny Cash, Cat Power... y que no por ello deja de tener ese toque francés, esa delicadeza melodramática y armónica, ese toque de Brassens que te gustará incluso si no soportas a Brassens.

Una tipa que hace algo que suena a canción de autor, pero que también suena a grunge, y a punk rock, y a folk, y a western, y a blues... y a otras cuantas de esas categorizaciones estúpidas que alimentan unos señores que no soportan, precisamente, encontrarse con artistas como esta. Mi propósito, de echo, es que todo aquel purista del género que sea, no encuentre aquí nada que le satisfaga.

En fin, menos cháchara y más música. Os dejo un par de maravillas que he podido encontrar en video. Ambas grabadas en directo. Atención sobre todo al primero, una mujer con su guitarra bajo la tormenta. Poesía en estado puro.

(lo he cambiado por un acústico, los capullos de youtube nos han vuelto a quitar un gran video)


4 comentarios:

  1. Querido amigo Julio aprovecho esta entrada para desearte unas muy felices fiestas y los mejores deseos para el año que viene my friend ya que andare medio errante hasta entrado enero
    Por lo pronto decirte que junto a tu amigo Barrenco la idea no es mala pero a la gran cantidad de talento que fluye costantemente es inevitable el bombardeo jeje
    Un abrazo hasta Sevilla ,querido amigo

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  2. Pues muchísimas gracias y te deseo exactamente lo mismo, Luther. Ha sido un placer encontrarte este año y espero que siga asi la cosa muchos años más.

    Buena entrada de año, mucha suerte y abrazos para la querida Argentina, tierra del mejor rock en español que se haya hecho.

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  3. Jeje me alegra que escuches la musica que te paso, (aunque sea sin querer)y que te guste, gran post, que hace justicia a esta mujer

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  4. ¡q descubrimiento! la ficharé ;-)

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